11 de febrero de 2022

Puente de Occidente

PUENTE DE OCCIDENTE

Recién empezado el puente de La Pintada, José María Villa había entregado al gobernador Marceliano Vélez el «Informe sobre la practicabilidad del Puente de Occidente». Este trabajo, que se le había encomendado semanas atrás, hacía parte vital del «Camino a occidente» como se llamó entonces la actual Carretera al mar. Este documento aparece textual, como anexo, en la última edición del libro de Hernán Echeverri. En trece páginas, José María justifica la necesidad de la obra, su viabilidad técnica para construirlo sin apoyos en el lecho del río, es decir, de una sola luz; hace un análisis concienzudo sobre la mejor ubicación del puente, que no podría ser más arriba de «El paso», donde funcionaba la barca cautiva, ni más abajo de la Quebrada Seca lugar donde fue construído; así se evitaría tener que cruzar también el rio Tonusco o el rio Aurra; planteó dos propuestas para darle viabilidad económica contando con la inversión privada y los aportes del estado y exactamente describió las materias primas y la mano de obra que usaría. Es un documento que deja ver su impresionante capacidad como ingeniero, gestor y empresario.

La construcción del puente de Occidente tardó siete años entre 1888 y 1895. En la orilla oriental en el llamado ponteadero se llegaron a reunir 400 trabajadores. En un paraje cercano se construyó un tejar con los hornos para la fabricación de los ladrillos. Desde el primer día, los muros blanqueados de la cantina empezaron a llenarse de bosquejos y ecuaciones, al igual que las tablas del comedor común. Estos dos sitios fueron utilizados por el ingeniero para dar explicaciones a sus oficiales y obreros, y resolver dudas sobre detalles de la construcción.

La no-existencia de planos y cálculos previos a la construcción del puente de Occidente es uno de los mitos que se ha mantenido por años. Todavía los guías actuales le dicen a los turistas: «que hizo los planos con una varita sobre la arena de la playa del río y que se los llevó una creciente» o «que cuando le preguntaron los representantes del gobierno dónde estaban los planos, el señalaba su frente con el índice».

El puente de Occidente, que unió a Olaya y Sopetrán con Santa Fe de Antioquia, pero más que esto, al Oriente con el Occidente antioqueño y el mar, era un antiguo sueño de José María y de su padre Sinforiano, quién alguna vez, cuarenta años atrás, recorriendo las vegas del río le dijo a Antonina su mujer: «Cuándo aparecerá el berraco que sea capaz de hacer un puente sobre este puto río aunque solo fuera para ver pasar una vieja trayendo mazamorra».

Tomado del Libro JOSÉ MARÍA VILLA Mitos y Verdades, escrito por Raúl Maya.